Un debate no tiene por qué ser un conflicto. Los desacuerdos suelen basarse en las diferentes experiencias y perspectivas de los implicados en una conversación. Siempre que la relación entre los implicados se mantenga intacta, el intercambio será constructivo. Y no solo eso, el intercambio de opiniones es clave para la creatividad y la innovación. Es la base para tomar mejores decisiones y una herramienta valiosa.
En los conflictos, en cambio, las necesidades e intereses se confrontan. Tienen una gran carga emocional y conducen a relaciones laborales incómodas.
Las opiniones que difieren no cuestionan el objetivo común. El conflicto, en cambio, separa. Conduce al deterioro de las relaciones y afecta al trabajo en equipo.
Imagínate que estás siendo testigo de cómo la conversación dos compañeros se torna bastante incómodo. ¿Se está gestando un conflicto o están manteniendo una discusión importante? Presta atención a las siguientes señales:
Falta de comprensión y respeto
debido a opiniones, creencias y valores diferentes.
Tensión emocional
perjudican la relación y la cooperación entre las partes.
Enfrentamientos
así como las discusiones y las agresiones verbales son signos claros de que existe un conflicto.
Insatisfacción o frustración
con la situación o las decisiones de los demás también son signos del desarrollo de un conflicto.
Las causas de los conflictos son múltiples. Las más comunes son estas:
Conflictos interpersonales
Diferencias de opiniones, valores, intereses o personalidades dentro de la empresa.
Conflictos organizativos
Los objetivos, valores o intereses provocan conflictos entre departamentos, grupos o equipos.
Conflictos interculturales
Las diferencias culturales entre empleados de distintos países, regiones o grupos étnicos crean incomprensión o dan lugar a malentendidos.
Conflictos de roles
Las tareas y áreas de responsabilidad no están bien definidas y generan expectativas contradictorias.
Conflictos por los recursos
Conflictos debidos a la competencia a causa de recursos económicos, de personal, de tiempo o material limitados.
Conflictos a causa de los objetivos
Los implicados tienen opiniones diferentes sobre qué objetivos y prioridades deben perseguirse.
Los conflictos pueden tener una o varias causas. Identificar las causas puede ayudar a resolver el conflicto.
Puede obtener más información sobre los tipos de conflicto aquí: Los tipos de conflicto y cómo reconocerlos.
El economista, consultor e investigador de conflictos Friedrich Glasl desarrolló un modelo para reconocer los conflictos. Describe nueve niveles de desarrollo e insta a resolver los conflictos desde el principio, siempre que sea posible. Estos son los niveles:
Tensión
Al principio, el conflicto es algo superficial. La discusión se centra en un problema o situación específicos. En esta primera fase, el punto de vista de los implicados se radicalizan.
Discusiones
Los implicados comienzan a argumentar sus puntos de vista con mayor afán y tratan de convencer a la otra parte. Rechazan cada vez más la posición de la otra parte y los frentes siguen endureciéndose.
Medidas
El debate se encrudece. Los implicados se sienten incomprendidos y no dejan a la otra parte ninguna duda de su descontento.
Coalición
Las partes implicadas buscan el apoyo de personas que compartan su opinión. Cualquier tipo de agravio se dirige al enemigo común. Ya no se trata de resolver la crisis, sino de salir airoso y tener razón.
Pérdida del respeto
Los implicados expresan opiniones e insinuaciones para devaluar moralmente al adversario.
Amenazas
Las amenazas pretenden influir en la otra parte, presionarla y obligarla a ceder.
Daños
Se busca debilitar moralmente al adversario y dañarlo con ataques a sus intereses y postura.
Derrota
El conflicto original se rompe y se divide en varios subconflictos. Disolviéndose así la argumentación de la parte contraria.
Colapso
El conflicto se ha agravado hasta tal punto que apenas es posible una solución. Las partes en conflicto hace tiempo que perdieron de vista sus objetivos. El precio de la victoria es tan alto que los implicados lo han perdido todo.
Existen diferentes enfoques y estrategias que han demostrado su eficacia en la resolución de conflictos. He aquí algunos ejemplos:
Consenso
El consenso es una de las mejores técnicas, ya que nadie pierde. La solución tiene que ser aceptada por todas las partes.
Acuerdo
En un acuerdo las partes implicadas llegan a un punto intermedio en el que cada parte gana y pierde algo.
Autoridad
Una persona o un grupo toma una decisión que es vinculante para todos.
Evasión
El conflicto se evita o se aplaza. Se deja pasar un tiempo. En algunos casos, esta estrategia puede ser útil, pero también puede llevar a que el conflicto empeore.
Mediación
Se recurre a un mediador independiente al conflicto para que medie entre las partes y encuentre una solución aceptable para todos.
La elección de la estrategia depende de la naturaleza del conflicto y de las personas implicadas. Si quieres saber más, sigue leyendo el artículo: Resolución de conflictos: 6 estrategias infalibles.
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